
Usar planchas, rizadores o secadores ya forma parte del día a día de muchas personas. Queremos ondas suaves, alisados perfectos o volumen al instante. Pero todo eso tiene un costo: el daño térmico. Aquí es donde entra una de las preguntas más comunes en el mundo de la belleza capilar:
¿Es realmente necesario usar protector térmico? Y aún más importante: ¿por qué el protector térmico GHD se considera uno de los mejores para cuidar tanto el cabello como las extensiones?
La respuesta es simple: sí, es absolutamente necesario, y a continuación te explico en profundidad el porqué, con qué frecuencia usarlo y cómo incorporarlo correctamente a tu rutina.
¿Qué es el protector térmico y por qué lo necesitas?
Un protector térmico es un producto diseñado para crear una barrera protectora entre el calor de tus herramientas (plancha, secador, rizador) y la fibra capilar. Esto ayuda a:
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Prevenir la deshidratación.
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Evitar la rotura de la cutícula del cabello.
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Mantener el brillo natural y suavidad.
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Minimizar el frizz y las puntas abiertas.
El protector térmico GHD está formulado con una tecnología que no solo protege del calor de hasta 220 °C, sino que también mejora la manejabilidad del cabello y realza el acabado del peinado.
¿Qué lo hace diferente al de otras marcas?
El Bodyguard spray de GHD tiene una fórmula ligera y profesional. No engrasa, no apelmaza y es compatible con cualquier tipo de cabello, incluso el más fino. Lo que lo hace destacar es su capacidad para proteger sin interferir con la estructura del peinado, ideal para quienes buscan resultados duraderos sin sacrificar salud capilar.
Para las extensiones de pelo natural, esto es especialmente importante, ya que necesitan cuidados más delicados y productos que no alteren su unión ni textura.
¿Cada cuánto tiempo se debe usar el protector térmico?
Siempre que apliques calor.
Esto es clave: no es un producto de uso ocasional, sino diario o cada vez que uses herramientas térmicas. Así debe integrarse en tu rutina:
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Antes del secador: Aplícalo con el cabello húmedo, de medios a puntas, y luego seca como de costumbre.
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Antes de planchar o rizar: Si el cabello ya está seco, reaplica el spray y deja que se absorba 1–2 minutos antes de aplicar calor.
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Incluso si solo repasas algunas mechas: Aunque uses calor en una pequeña sección, esa parte del cabello está igual de expuesta al daño.
Truco: No necesitas saturar el cabello. Unas pocas pulverizaciones distribuidas uniformemente son suficientes.
¿Y si llevas extensiones? Más razón aún para usarlo
Las extensiones, aunque sean de pelo natural, no reciben nutrición del cuero cabelludo. Eso significa que no se regeneran ni reparan como el resto de tu pelo. Si no se cuidan, se pueden quemar o secar y ya no hay vuelta atrás.


El protector térmico GHD es ideal para extensiones porque:
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Protege las fibras sin debilitarlas.
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No daña adhesivos, queratina ni anillas.
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No deja residuos pegajosos.
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Mantiene el brillo y la suavidad por más tiempo.
Especialmente en extensiones lisas o rizadas que necesitan peinado frecuente, el protector térmico se convierte en el mejor aliado para prolongar su vida útil y evitar que se vean opacas, encrespadas o abiertas en las puntas.
¿Qué pasa si no lo usas?
Los efectos de no usar protector térmico pueden no notarse en el primer uso… pero con el tiempo son evidentes:
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Puntas abiertas.
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Textura áspera.
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Cabello débil, quebradizo.
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Pérdida de brillo.
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Extensiones que se enredan, se encrespan o se rompen fácilmente.
Todo esto es evitable con un simple paso extra que toma segundos.
Cómo incorporar el protector térmico GHD a tu rutina paso a paso
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Lava y acondiciona el cabello como de costumbre.
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Con el cabello húmedo, rocía el protector térmico GHD de medios a puntas.
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Desenreda suavemente, preferiblemente con un cepillo adecuado para extensiones (si las llevas).
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Seca con secador o al aire.
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Si vas a usar plancha o rizador, reaplica una ligera capa sobre el cabello seco, deja actuar un minuto y peina.
¿Vale la pena invertir en el protector térmico GHD?
Sí, especialmente si:
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Usas herramientas de calor al menos 2 veces por semana.
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Tienes el cabello decolorado o teñido.
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Llevas extensiones.
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Quieres mantener tu melena sana a largo plazo.
La diferencia entre un cabello cuidado y uno dañado no siempre es el champú o la mascarilla: está en protegerlo antes del daño.